El cobre, después de la plata, es el mejor conductor de calor. Esto quiere decir que si calientas un extremo de una pieza de cobre, el otro alcanzará muy rápidamente la misma temperatura.
Puede calentar eficientemente líquidos y gases, por lo que se utiliza con frecuencia en la manufactura de utensilios de cocina, radiadores, paneles solares y calefont.
Además, no solo es capaz de entibiar superficies uniformemente, sino también enfriarlas de manera rápida, por lo que su gestión térmica (regulación de temperatura) es muy eficiente.
En 2008 la EPA (Environmental Protection Agency) de Estados Unidos aprobó el registro de aleaciones de cobre antimicrobiano, afirmando que beneficia a la salud pública. Con esto reconocen que el cobre es capaz de destruir bacterias dañinas y potencialmente mortíferas, siendo actualmente usado en aplicaciones en los sectores de salud, manejo de alimentos, acuicultura, espacios públicos y otros.