Una de las principales aleaciones del cobre es el bronce, el cual se consigue combinando el metal rojo con estaño. Esta mezcla,
que cuenta con un 75% a 80% de nuestro querido metal rojo, se caracteriza por ser de color amarillo y por tener una gran
resistencia a los agentes atmosféricos y a los esfuerzos mecánicos (fuerzas internas sometidas a un elemento resistente).
En la antigüedad, el bronce se utilizó para fabricar armas, escudos, estatuas, campanas y medallas. Actualmente, se emplea principalmente en aleaciones conductoras de calor, baterías eléctricas, llaves, válvulas, tubos y uniones de gasfitería.
Uno de sus usos más populares lo podemos encontrar en la popular medalla de bronce olímpica, la cual se compone de un 97% de cobre, un 2,5% de zinc y un 0,5% de estaño.
Esta aleación, cuya mezcla es cobre y zinc, es dura, resistente a la oxidación y condiciones salinas. Su rigidez no le impide ser dúctil, característica que varía según la temperatura y los metales presentes en la mezcla. De esta forma se pueden producir diferentes tipos de latón, según su uso.
Con el latón se trabaja en distintas áreas: fabricación de armamentos, terminales eléctricos, partes de barcos, equipos pesqueros y envases para compuestos inflamables. En este último caso, el latón sirve para que los impactos metálicos no generen chispas.
El cuproníquel es una aleación de cobre y níquel que se fabrica en una razón 2:1. Es decir, por cada dos gramos de cobre, hay uno de níquel.
El cuproníquel se destaca por su resistencia, facilidad para ser soldable y tener un acabado que no se desgasta. Por esta misma razón, se utiliza con frecuencia en la producción de varillas, puentes y partes delanteras de anteojos. En determinadas ocasiones, se usa también en la orfebrería.
Las aleaciones cobre-aluminio, cuyos orígenes se remontan a la antigua China, están compuestas por, al menos, 10% de aluminio. Esta mezcla se caracteriza por mantener su brillo y por sus bajos índices de corrosión en diversas condiciones atmosféricas.
Se emplea en los trenes de aterrizaje de los aviones y, gracias a sus propiedades mecánicas y resistencia a la corrosión, también en determinadas construcciones mecánicas para la industria. Por ser muy similar al oro es sumamente apreciada para los trabajos artísticos. Belleza y usabilidad en un solo material.
Se le llama “aleación débil” a la mezcla en la que el cobre es predominante, puesto que están constituidas mayoritariamente por el metal rojo. Ejemplos de estas aleaciones son:
El denominado cobre al berilio se destaca por tener características mecánicas muy elevadas, similares a la de los aceros de alta resistencia. Es por esto mismo que se utiliza en la fabricación de muelles, moldes para plásticos, electrodos para soldar y herramientas antide agrantes (antichispas).
El llamado cobre al cromo se le reconoce por su resistencia a la tracción, dureza y alta conductividad eléctrica. Gracias a esto último, se usa principalmente en la fabricación de los electrodos utilizados en soldaduras por resistencia (proceso de fabricación termoeléctrico).
El cobre a la plata se caracteriza por una alta dureza que le permite soportar temperaturas de hasta 226 °C y conservar la conductibilidad eléctrica del metal rojo. Esta aleación se emplea principalmente para hacer recubrimientos de apariencia plateada sobre el cobre, con el fin de mejorar su brillo y reducir la oxidación.
El cobre al cadmio se utiliza en líneas eléctricas aéreas que se encuentran bajo fuertes exigencias mecánicas y para cables de contacto de sistemas de transporte de superficie como el trolebús. También se usa en conductores eléctricos que operan a temperaturas por encima de los 200 ° C.